jueves, 18 de enero de 2007
Invitación
Una vida, una invitación. Su aceptación implica trascendencia.
Los “Primeros” deciden asistir al baile, pero no escogen disfraz alguno.
Los “Segundos” van con sus máscaras más lujosas, radiantes obras de arte que han sido elegidas con sumo cuidado, y serán las que los muestren ante los demás...
Ambos, “Primeros” y “Segundos” saben – y no se cuestionan- que van a hallar a alguien con quien bailar.
Los “Terceros” van, y su sombra siempre se refleja –como su única compañera.
El Baile de Máscaras
Hay de Aquellos que por fortuna, o quizás ingenuidad, logran amar; encontrar "su" alguien y siguen su huella, pese que a veces ésta se vuelve difusa.
Dichosos de éstos que tuvieron su instante -que en ocasiones suele incluso ser una vida- y te encontraron. Tal vez simplemente tropezaron con tu susurro y supieron seguirte con vendas en los ojos. Dichosos son y serán. Por más que alguna máscara se les cruce a veces, ellos saben distinguir y no dejan más que seducirse -juegan porque saben- en lo más profundo de su ser, ya hubo momento de trascendencia...
Pobre Nosotros, los sensatos, que presumimos el amor, que podemos ver su rostro y sin embargo usamos una máscara -a veces la mejor de todas- y con ella salimos y jugamos al juego que sabemos ya hemos perdido.
Ahora... ¿Cuál es la necesidad de los perdedores?, ¿Acaso creen merecer revancha?, ¿Acaso albergan "esperanza" en que en un descuido del destino, ellos encuentren alguna huella por perseguir?...
Pobres ilusos, saben que están condenados y sin embargo ‘juegan a intentar jugar’... mediocre existencia...lástima de ellos.
Los "Primeros", son los que aprendieron que el amor no es más que un momento, y - aunque en algunos casos- por eventos perdieron su rastro, o la huella fue borrada, supieron seguirla hasta donde pudieron, quizás hasta el borde de la locura... Por más que después viven de un recuerdo eso los llena más, que a los ilusos perdedores que intentan vivir y jugar a algo que ya perdieron.
Saben decir los "Primeros", que los perdedores juegan por vicio -más yo creo que es más bien por capricho- ese mismo que en su momento eligió la máscara más adornada, para lucir mejor.
Sin embargo, los "Segundos" juegan y no piensan por qué; siguen su irrefrenable impulso de perdedores, se dejan engañar por otros enmascarados, cuyas miradas sólo son espejos de las suyas, de sus vanidades y sus sin-sentidos...
A veces resulta que estos "Segundos" -pese a saber de su condición- deciden algo peor: bailan, bailan, en un desenfrenado choque de máscaras... y dicen por allí, que incluso - comprometen su vida- a su pareja de baile... Lo lamentable de ello, es que NO mienten; se entregaron a sí mismos y viven lo que les queda de existencia, bajo un lindo mito de baile de máscaras.
...Es el sonido de nuestras propias sombras lo que provoca la música de nuestras lagrimas...
Los que llegaron sin parejas
Y qué hay de Nosotros, los “Terceros”?. Sí aunque nos gusta la dualidad, hay terceros en todo, y este también es un caso.
Somos los marcados por la Incertidumbre, los que quizás tengan la fortuna de los “Primeros”; pero que no saben si el tiempo los está engañando, y en momentos de debilidad -de esos que la Incertidumbre cosecha con esmero- nos deslumbremos y elijamos las máscaras.
Somos los no-clasificables, es tan incierto nuestro existir que ni siquiera somos parte de la contradicción. Afortunados-Desdichados, son. Nosotros los “Terceros” quizás seamos, esa es nuestra única seguridad, un trémulo quizás...
No es un “Quizás de potencia”, ojalá lo fuera, por lo menos dejaríamos de ser Incertidumbre y seríamos “Espera”.
Es un “Quizás-Vacío” – aunque a nosotros nos guste jugar a que es un “Vacío de espera”.
.Fin.
Una tarde calurosa de febrero de 2006.
Los “Primeros” deciden asistir al baile, pero no escogen disfraz alguno.
Los “Segundos” van con sus máscaras más lujosas, radiantes obras de arte que han sido elegidas con sumo cuidado, y serán las que los muestren ante los demás...
Ambos, “Primeros” y “Segundos” saben – y no se cuestionan- que van a hallar a alguien con quien bailar.
Los “Terceros” van, y su sombra siempre se refleja –como su única compañera.
El Baile de Máscaras
Hay de Aquellos que por fortuna, o quizás ingenuidad, logran amar; encontrar "su" alguien y siguen su huella, pese que a veces ésta se vuelve difusa.
Dichosos de éstos que tuvieron su instante -que en ocasiones suele incluso ser una vida- y te encontraron. Tal vez simplemente tropezaron con tu susurro y supieron seguirte con vendas en los ojos. Dichosos son y serán. Por más que alguna máscara se les cruce a veces, ellos saben distinguir y no dejan más que seducirse -juegan porque saben- en lo más profundo de su ser, ya hubo momento de trascendencia...
Pobre Nosotros, los sensatos, que presumimos el amor, que podemos ver su rostro y sin embargo usamos una máscara -a veces la mejor de todas- y con ella salimos y jugamos al juego que sabemos ya hemos perdido.
Ahora... ¿Cuál es la necesidad de los perdedores?, ¿Acaso creen merecer revancha?, ¿Acaso albergan "esperanza" en que en un descuido del destino, ellos encuentren alguna huella por perseguir?...
Pobres ilusos, saben que están condenados y sin embargo ‘juegan a intentar jugar’... mediocre existencia...lástima de ellos.
Los "Primeros", son los que aprendieron que el amor no es más que un momento, y - aunque en algunos casos- por eventos perdieron su rastro, o la huella fue borrada, supieron seguirla hasta donde pudieron, quizás hasta el borde de la locura... Por más que después viven de un recuerdo eso los llena más, que a los ilusos perdedores que intentan vivir y jugar a algo que ya perdieron.
Saben decir los "Primeros", que los perdedores juegan por vicio -más yo creo que es más bien por capricho- ese mismo que en su momento eligió la máscara más adornada, para lucir mejor.
Sin embargo, los "Segundos" juegan y no piensan por qué; siguen su irrefrenable impulso de perdedores, se dejan engañar por otros enmascarados, cuyas miradas sólo son espejos de las suyas, de sus vanidades y sus sin-sentidos...
A veces resulta que estos "Segundos" -pese a saber de su condición- deciden algo peor: bailan, bailan, en un desenfrenado choque de máscaras... y dicen por allí, que incluso - comprometen su vida- a su pareja de baile... Lo lamentable de ello, es que NO mienten; se entregaron a sí mismos y viven lo que les queda de existencia, bajo un lindo mito de baile de máscaras.
...Es el sonido de nuestras propias sombras lo que provoca la música de nuestras lagrimas...
Los que llegaron sin parejas
Y qué hay de Nosotros, los “Terceros”?. Sí aunque nos gusta la dualidad, hay terceros en todo, y este también es un caso.
Somos los marcados por la Incertidumbre, los que quizás tengan la fortuna de los “Primeros”; pero que no saben si el tiempo los está engañando, y en momentos de debilidad -de esos que la Incertidumbre cosecha con esmero- nos deslumbremos y elijamos las máscaras.
Somos los no-clasificables, es tan incierto nuestro existir que ni siquiera somos parte de la contradicción. Afortunados-Desdichados, son. Nosotros los “Terceros” quizás seamos, esa es nuestra única seguridad, un trémulo quizás...
No es un “Quizás de potencia”, ojalá lo fuera, por lo menos dejaríamos de ser Incertidumbre y seríamos “Espera”.
Es un “Quizás-Vacío” – aunque a nosotros nos guste jugar a que es un “Vacío de espera”.
.Fin.
Una tarde calurosa de febrero de 2006.
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