La perfecta noche del 28

lunes, 30 de abril de 2007


Salimos cruzados por la ropa, luego de encerrarnos en rectángulos altos, plegados en blancos y verdes. La gente venía de bajada y totalmente emplasticada, ibas hacia lo mismo pero en muy pequeñas dosis.

Tras vidrieras opacas y maniqueteadas, marchaste anticipadamente rumbo a la esquina. Te prometiste ir sin forma, totalmente desmenuzable para que te moldeen un poco. Pero hizo algo que sólo una sola vez en su vida hizo con vos decididamente (hubo dos veces más por mi parte pero no por la suya) eso te hizo trastabillar notoriamente y reaccionaste instantáneamente batallando municiones chicas, hasta que un par de ellas llegaron a destino.

Un paso anterior, no descripto puntual, fue el cómo se arriba a esa situación, por lo pronto prefiero y elijo echarle la culpa al tiempo perfecto que manejamos ambos. Nos aproximamos espacialmente porque ambos estábamos lastimados y nuestra sangre que por separado se fue secando hasta el encuentro nocturno, aún nos llenaba de gotitas salpicadoras.

Las mías eran visibles ya que estaban encarnadas en cortas uñas...

Fue una acompañada extraña por el costado que a ambos nos hizo mantener el molde de pseudo_solidez. Luego las cuadras fueron distintas. Debíamos caminar para ver y aborrecer la perfecta noche que nos era mostrada como una cachetada.

Ante una casa de otros brazos izquierdos –ajenos- prometimos: daño (adjudicándolo a una emisión sorpresiva y repetitiva de vibraciones)

Rumbo a eso vi ánimo en vos, esfuerzo infantil de reírse_abrazando. En mí, sin embargo habían pizcas –dichas- de actuaciones involuntarias.

Subordinados en el naranjo bajamos correctamente enfilados a la esquina en donde, por preguntas las bolitas grasosas de un alguien te irritaron. De fondo risas de escándalos frustrados. Le echaste la culpa una vez más a las encarnadas y secas gotitas de sangre.


Adentro de allí me tomé en serio el juego y llegué al límite al que nunca antes había arribado. Estuviste, me cuidaste de no_mí y de una posible consecuencia.



1 Espacio del Transeúnte:

Anónimo dijo...

Desde casa otra vez pude patinar por la manteca rápidamente y acceder [¡no sabés cómo de rápido!] fácilmente a la sección de mensajes. De todos modos aún no canto Victoria; en realidad no es una canción que me guste demasiado.Malditos300caracteresMalditos300caracteresMalditos300caracteres

 
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