Reencuentro

martes, 4 de septiembre de 2007

LLegé, tarde, culpa de un chofer distraído.

Hay menos gente de lo habitual, aún es temprano.

Germán y ella logran verme antes que yo a ellos. Él tiene el pelo más corto, ella se siente distinta, hoy trae gafas transparentes. Me siento junto a ellos, mientras aquél recalca títulos absurdos con sus largas manos.

Hablan sin cesar de su viaje juntos, no pude escucharlos. Aquél habla de indeterminados, pero antes me aclara con firmeza cómo debo entender ese nuevo dato, sos falso.

Dominique está ahora sentada sobre las piernas de Germán, y ya nos tenemos que preparar, ahora entre cuatro, septiembre, nos toca avanzar.

Ellos me hicieron parte, mientras seguían preguntando mi estado.

Mejor, ya estoy bastante mejor.

Aquél insiste, trata de especificar más mientras sigue pensando sólo en Federico. Me cuesta respetarlo. Sinceramente, me llevo mal con Federico, no hay manera de entenderlo, sé que el intenta ser expresivo y hasta comprensivo de más conmigo, pero tuve que decirle que desde antes fui amiga de su archirival (sí! amo ser extremista). En fin, Imannuel me cae mejor.

Sigue insistiendo, pero ahora me habla de otro amigo suyo, Martín -yo lo asocio a mi hermano-.

Martín es algo peligroso para el, éste cuida demasiado sus relacionantes. Teme pecar.

Se me ocurre preguntarle: Oscar, decime, vos creés siempre en lo que dice Martín? yo sabía de antemano la respuesta, pero disfruto en desestabilizarlo un poco...temo en parte por la venganza.

Estabamos allí, no llegó más gente. Dominique y Martín charlaban y luego juntos bajarían por los caminos del bosque...

Mañana quedamos en vernos, de nuevo.